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jueves, 17 de julio de 2008

El autobús de las 9.00



Siempre el mismo autobús.
Las mismas voces, el mismo conductor, los mismos asientos, la misma música.
La gente de ordinario que conversa sobre los temas de siempre. El precio de la comida, la vivienda, los niños, los nietos, los programas de televisión, política, terrorismo, actualidad en general. A veces me entero más de las cosas que pasan yendo en el autobús de las 9.00 al pueblo que viendo los noticiarios. La gente sabe de lo que habla. Preocupaciones de a pie.
Detrás van dos chicas sudamericanas, una canturrea por lo bajo las canciones que suenan por los altavoces del coche. Por supuesto, suena Cadena Dial.
Las mujeres de delante se sientan a hablar con el conductor de lo caro que está todo y de lo nublado que ha estado estos días.
Sube gente.
Un hombre se acomoda a mi lado, camisa azul a cuadros, el moreno típico de toda una vida trabajando al sol, la mano agarrada al asiento de delante. Se baja pronto, y sube una chica joven con un niño pequeño. El niño lleva un parche de color crema, es rubio, rubio, y tiene una vitalidad que me deslumbra para la hora del día que es. Verdaderamente, los niños parece que los hacen de rabos de lagartija. La madre me mira, cómplice, como diciendo: "Y lo que queda para que vuelva a dormirse..."
El enano me mira. Mira el libro que tengo en el regazo, le llaman la atención las señales de tráfico del manual para conducir que leo, las mira y las remira y luego pone su dedito encima de ellas. Luego se pone a disparar a un punto indeterminado del paisaje que se observa desde la ventana, arrancando las risas de los que vamos a su alrededor. Habla una jerigonza de lengua de trapo que es apenas entendible, pero que enternece.
Mi parada queda próxima, ya llevamos cumplida la hora de viaje. Al conductor se le pasa mi parada y tiene que para en mitad de la calzada, bajo y recojo del maletero mi equipaje.
Lo veo marchar y se me dibuja una sonrisa.
Siempre vengo cargada de sueño, pero hoy llego con el corazón alegre por haberte sorprendido y por haberte podido disfrutar unos pocos días.
Siempre el mismo autobús.
Nunca el mismo autobús.

5 imaginan conmigo:

Carlota dijo...

Es lo bueno de montar en autobús, la variante de su contenido, siempre el mismo, nunca el mismo, como bien dices :). Me alegra que esta vez sirviera para energizarte, a veces puede ser todo lo contrario :P. Un beso!

Anónimo dijo...

Cómo te entiendo... los autobuses y yo tenemos un encuentro diario, al final te acabas acostumbrando a ellos y a sus anécdotas ^^

A pesar de todo, cuando pueda, no dudaré en coger ese libro de las señales de tráfico y estudiármelo entero, jejeje!

Un besazo guapa!!

Anónimo dijo...

Zanahoria!!^^
Te he encontrado, por fin te he encontrado!! (creo que voy a llorar de la emoción (TToTT) Jajaja xD).
Siempre que me escribías un comentario intentaba acceder a tu perfil y no me dejaba verte! (es que soy un poco lerda para estos temas relacionados con ordenadores, internet y la informática en general xD) Pero hoy, no me preguntes cómo, pero te he encontrado! \(^^)/

Y lo mejor de todo es que cuando he terminado de leerte, a mí también se me ha dibujado una sonrisa.
Me siento identificada, porque suelo frecuentar mucho los transportes públicos, ya sean autobuses o trenes, y siempre hay anécdotas que contar! xD
Adoro como escribes y ahora que te he encontrado, pienso leerte tan a menudo como actualices!^^ (te he puesto un link).

Un beso muy muy muy grande!! MUUUUAAA!!

Zanahoria dijo...

Eso es verdad, Carlota, lo que es aburrirme, nada de nada jaja. Un besuco!

Uy, Saphy, te aviso que el libro de las señales es aburrido hasta decir basta... jajaja, pero ánimo si decides cogerlo! Un beso!

Utopía!!! Por fin te veo por aquí, jajaja. Tranquila, a mí también me costó lo mío averiguar cómo se accedía a los blogs, perfiles y demás... la cosa es ir tocando botones ;).
Así que nada, bienvenida y me alegro que te guste mi blog^^
Espero volver a verte por aquí! Un beso!

Kiri dijo...

Realmente los transportes públicos son miniauturas de mundos. Me alegro que lo veas a veces igual y a veces, diferente:-).