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miércoles, 25 de febrero de 2009

La niña que silenció al mundo por 6.32 minutos



Y años después... aquí seguimos.

lunes, 23 de febrero de 2009

- ¡¡ Aa.. aa.. aaattchúuuuusss!!
- Salud.


*Suspensión de publicaciones: virus circundante y asentado plenamente en el faro*
... Continuará.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Vale... creo que la situación ya está bajo control... más o menos.
Me queda reorganizar esto y cambiar la plantilla y y y... puff, ya veremos.
Corto y cierro.

Oh oh...

No sé qué narices he hecho, pero me ha quedado el blog un poco descuajeringado... pido disculpas, pero hasta que no tenga más tiempo para arreglar el entuerto este no podré actualizar.
Si alguien puede ayudarme con algo, lo agradecería... :(
Definitivamente, lo mío no es la informática.
Un beso y hasta pronto.
Espero.

sábado, 14 de febrero de 2009

Moon River and Me




Moon river, wider than a mile
I'm crossin' you in style some day,
Old dream maker,
You heartbreaker ...
Wherever you're goin',
I'm goin' your way.

Two drifters, off to see the world
There's such a lot of world to see
We're after the same rainbow's end
Waitin' 'round the bend ...
My huckleberry friend,
Moon River, and me.

Two drifters, off to see the world
There's such a lot of world to see
We're after the same rainbow's end
Waitin' 'round the bend ...
My huckleberry friend,
Moon River, and me.



Río de luna, más de una milla de ancho
Te voy a cruzar a la moda algún día,
Viejo creador de sueños,
Destrozador de corazones ...
Adondequiera que vayas,
Yo sigo tu camino.

Dos vagabundos, para ver el mundo
Hay tanto mundo para ver
Los dos buscamos el mismo arco iris
Que nos aguarda al final de la curva ...
Mi fiel amigo,
El río de luna y yo.

Dos vagabundos, para ver el mundo
Hay tanto mundo para ver
Los dos buscamos el mismo arco iris
Que nos aguarda al final de la curva ...
Mi fiel amigo,
El río de luna y yo.


Wherever you're going, I'm going your way. Two drifters, off to see the world.
Moon River and Me.*

martes, 10 de febrero de 2009

El poder del dinero


- ¡Ninguna de sus dos hijas va a venir! Voy a escribirles a las dos.

- Ninguna -repitió el anciano incorporándose un poco en su catre- Tienen asuntos graves, tienen que dormir... No vendrán. Ya lo sabía. Hay que morir para saber lo que son los hijos. ¡Oh, amigo mío, no se case usted nunca, no tenga hijos! Usted les da la vida y ellos le dan la muerte. Usted los hace venir al mundo y ellos le echan. No, no vendrán. Lo sé hace diez años. Algunas veces pensaba en eso, pero no me atrevía a creerlo.

Dos lágrimas asomaron al borde rojo de sus ojos, sin llegar a caer.

- ¡Ah, si yo fuese rico, si hubiera guardado mi fortuna, si no se la hubiera dado a ellas, estarían aquí lamiéndome las mejillas con sus besos! Viviría en un palacio, tendría hermosas habitaciones, criados y fuego para mí; y ellas llorarían, lo mismo que sus maridos y sus hijos. Pero no tengo nada. Con dinero se tiene todo, hasta hijas. ¡Oh! ¿Dónde está mi dinero? Si tuviera un tesoro para legarles, me vendarían, me cuidarían; las oiría y las vería. ¡Ay, hijo mío, mi único hijo! Prefiero mi abandono y mi miseria. Al menos, cuando un desgraciado se ve querido, puede estar bien seguro de que se le quiere.


Papá Goriot - Honoré de Balzac

jueves, 5 de febrero de 2009

La vida cambia


Cuando te sientas en el banco donde hace un año esperaba contigo el autobús y encuentras una enorme sucursal enfrente, donde antes estaba la zapatería, sientes que la vida cambia y que las ilusiones se desvanecen.

Pero sin embargo, por mucho que el autobús vaya y venga, siempre te encuentro a mi lado en ese banco.

24

24 horas para pensar, para sufrir, para no dormir, para llorar, para recordar, para olvidar, para intentar ser otra persona y acabar dándote cuenta de que eres el de siempre.

24 horas para mirar, para no ver, para sentir, para comprender, para tocar, para ser mirado, para avergonzarse, para esconderse, para reflexionar, para no encontrar.

24 horas de soledades sin cariño.
Nadie los ve. Somos invisibles.

Resulta duro volver a casa con lágrimas sintiendo que lo tienes todo y ellos no, pero más duro es callarte las lágrimas en un cajero automático porque no tienes casa a la que volver.
Pero, al fin y al cabo... sus lágrimas también son invisibles.