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viernes, 4 de julio de 2008

... y a la tercera fue la vencida


Esto de ser una inexperta en temas laborales me trae últimamente de cabeza.


De hecho, odio tener que hacerme cargo del servicio municipal de bicicletas, estoy hasta el gorro, y eso que ayer fue el primer día que me las pidieron. Bueno, no, hasta el gorro tampoco. Si en teoría era muy emocionante... pero con los nervios, todo sale al revés de como una lo planea.


La cosa es simple: DNI, rellenar formulario, llaves, hojas de resguardo, candados, folleto. Simple. Pero claro, ya lo decía Murphy... si las cosas están de salir mal, saldrán mal. Bueno. Primera intentona: cuatro de golpe. Doy los formularios, pido los DNI's, meto los datos en el ordenador. Hasta ahí, todo bien. De pronto, una hoja de datos se me borra entera, tengo que volver a empezar. Les digo que les voy dando las bicis y ya terminaré yo los formularios. Vale. Sacamos las bicis y me piden chalecos y cascos. El chico de mantenimiento me lo había dejado todo en un almacén de al lado. Pruebo las dos llaves que tengo y no entra ninguna. Perfecto. Voy adonde la chica del estanco y le pregunto si ella tiene llaves. Llama por teléfono a sabe dios quién y me dice que llame al Ayuntamiento para que venga Perico el de los Palotes a traerme la llave. Y claro, yo en la oficina sin teléfono. Muy lógico. Al final llama ella, les digo a los de las bicis que esperen un poco que ya he mandado a buscar las puñeteras llaves y sale de repente el del bar de al lado diciendo que en menos de un cuarto de hora no llega. Claro, éstos ya me vieron la cara de desesperación y dijeron que no importaba, que iban sin nada. Así que les di las gracias y me puse a atender a un pobre señor que había tenido que estar esperando durante todo el jaleo de las llavecitas de marras. Total , que con los nervios se quedaron los DNI's, los resguardos de los formularios y los folletos en la mesa de la oficina. Poco me faltó para echarme a llorar de pura rabia.

Segunda intentona. La de París. Un DNI kilométrico, ya no sabía ni dónde buscar el número, pero conseguí apuntar los datos correctamente. Esta vez sí se lo devolví, y en un intento por parecer amable, al ver que había nacido en Valladolid, le dije que yo estudiaba allí. La cara de palo, impresionante, vamos, que no he vuelto a intentar ser amable. Total... Bueno, el caso es que esta vez sólo se quedó aquí el resguardo del formulario.

Y a la tercera intentona, una pareja que vive en el pueblo. Y claro, ya totalmente profesional. Ésa me salió a pedir de boca. Vamos, que ayer por fin terminé el día hasta contenta por la apreciable mejoría.

Hoy llueve, así que no quiero que me pidan ni una sola bicicleta. Avisado queda.

2 imaginan conmigo:

Carlota dijo...

Me acabo de poner el chubasquero y en 20 minutos estoy ahí... leyéndote me han entrado unas ganas de montar en bici y dar un paseito hasta Los Peligros... :P. Enseguida llego, vete rellenándome el formulario! Un beso!

alfonso dijo...

Acaricia el viento la cara, es favorable.

Si voy con mi bicicleta no hará falta que me pidas nada, no te daré la lata, solo veré tu sonrisa.
Tal vez sea suficiente.
Pensándolo mejor, iré en zapatos.
Un beso